La isla, sí, eso que miras,
firme y clara la tierra
y el mar rodeándola —la isla
es más que tierra sola:
le es preciso la mar, librándose
ola a ola en las orillas,
tan suya como pinos o roca—;
la isla y la primavera
que ahora por la mirada
te resbalan, en la costa
donde la brisa te remueve
los cabellos, la falda;
estos campos y olas tuyos
—también míos— que más los amo
cuando tú no los ensombreces;
el mundo que en ti se olvida
y, siendo tan grande, se oculta
detrás de tu frente, ¿qué
fragancia prestada,
qué tierna belleza,
qué nuevo corazón puede alcanzar
cuando cruza por rus ojos?
Los bebes, se refugia
dentro de ti. El paisaje,
hoy, eres tú. Tu alma
es quien lo mece,
exaltada por un gozo
primaveral. Hojas,
viento, sol, mar, piedra, los busco
en tu mirada.
Els dies (1946-1949)